sábado, 7 de marzo de 2020

CURSO ERASMUS+

“Event Wise Training”


El día  9 de Julio, terminé el curso “Event Wise Training”, perteneciente al proyecto Erasmus+ de nuestro CEPA.
Este curso se ha desarrollado en un pueblo de los Países Bajos, llamado Ommen, y hemos participado unas 50 personas, de nacionalidades muy diversas: Austria, Ucrania, Australia, Finlandia, Túnez, Egipto, Colombia, Líbano, Francia, Alemania, Polonia, Turquía, Irlanda , y, por supuesto nuestra querida España, representada por mí y por otras dos personas más . Desde el punto de vista profesional en el curso, sólo había tres profesores, el resto eran personas de otros oficios, y coincidíamos únicamente en el deseo de realizar este entrenamiento, dirigido al Desarrollo personal. Utilizamos el inglés como lengua común para comunicarnos  los unos con los otros. 
En este evento, los participantes intentamos alcanzar los mejores niveles de rendimiento que somos capaces de conseguir; usamos el buen humor para hacernos más efectivos; usamos las palabras y el lenguaje corporal para inculcar intencionalmente  la confianza en nosotros mismos; creamos y mantenemos una actitud mental positiva; nos comunicamos con claridad y persuasión; trabajamos las debilidades y jugamos con nuestras fortalezas; redescubrimos la alegría del juego y la espontaneidad; intentamos obtener la cooperación voluntaria de los demás; aprendemos a realizar crítica constructiva; y analizamos problemas, para encontrar causas y soluciones. 
Hemos realizado muchas actividades de interior y al aire libre, todas ellas encaminadas a conseguir lo anteriormente expuesto, unidas a los beneficios humanos, que nos han aportado, una semana de convivencia con todos mis compañeros del curso, alojados en una hermosa casa rodeada de árboles y canales de agua por doquier, además de la temperatura tan agradable que rondaba en torno a los  24 º C en las horas diurnas y 12 ºC en la jornada nocturna. Pues bien, el último día de convivencia, tuvimos una actividad en la que voluntariamente podíamos expresar nuestras sensaciones y aprendizajes, delante de todo el grupo. Yo voy a remitir lo que allí expresé delante de mis amigos, porque en ese momento ya no eran sólo compañeros, eran sobre todo amigos.
  • Mi primera idea fue contarles que, cosa que las personas que habían hablado conmigo ya sabían, yo tenía algunas dificultades con el idioma, en cuanto a la expresión y también en la comprensión, sobre todo por la velocidad con la que se desarrollaban las charlas o las conversaciones, y por eso no siempre entendía bien los mensajes o las tareas que nos mandaban. Por esto, de vez en cuando, debía pedir ayuda a mis compañeros, para que me lo explicaran más lentamente o incluso para que me lo contarán todo porque no había entendido nada. Por esta razón a veces me sentía “estúpida”, pero al cabo de los días , tras una prolongada, y a veces estresante reflexión, llegué a una conclusión , para mí  bastante interesante: “A veces nos sentimos estúpidos” , cuando no entendemos o no sabemos hacer las cosas, pero resulta que NO LO SOMOS, sino más bien, todo lo contrario,  creo que SOMOS valientes, porque estamos siendo capaces de enfrentarnos a situaciones o problemas nuevos, fuera de nuestra zona de confort. Yo en este curso , me he sentido así: “REALLY BRAVE” , porque he ido allí acompañada de mis dificultades con el idioma , y con mis muchos miedos, pero empujada por las ganas de mejorarme como persona y por el deseo de abrir mi mente a otras culturas, a otras experiencias, y así descubrir otra manera de mirar el mundo. 
  • Mi segundo pensamiento fue expresarles mi gran emoción, al mirar y ver allí sentados frente a mí, a esos muchachos y muchachas, procedentes de tantos países  diferentes, separados por fronteras políticas y sin embargo como seres humanos, éramos solo UNO. Ese día, los miré a todos ellos, con verdadero afecto, porque ellos tenían las misma inquietudes que yo, venían de todas partes del mundo porque querían mejorar como personas y no había líneas fronterizas separándonos, sólo se respiraba un gran cariño, de los unos por los otros. Además sabíamos que probablemente no volveríamos a vernos. Aquella fue una imagen, que nunca olvidaré. 
  • La última idea que compartí con ellos, y ahora también con vosotros, es que aporté opiniones, sobre algunas de las actividades que habíamos realizado y que habían calado más fuertemente en mi persona, en concreto una de supervivencia, en la que sentí al principio miedo, porque estaba fuera de mi control, y luego una gran carencia de las necesidades básicas cómo es un lugar para dormir y algo que comer. Esto fue real, no fue un juego, y me permitió ponerme por un periodo de dos días, en la piel de las personas que viven en situaciones de extrema pobreza, que además se mantienen en el tiempo. Lo cierto es que esta experiencia, me hizo caer en la cuenta, de una forma práctica y no teórica, de la responsabilidad que tengo, y que tenemos todos, de ayudar a salir adelante a personas, que hoy son otros, pero mañana, o mejor dicho, durante esos dos días, fui Yo. Pero tengo que decir para finalizar, que a pesar de que tuve miedo de no comer y no dormir bajo techo; No sucedió así, porque los habitantes de aquellos pueblos rodeando a Ommen se comportaron como jamás hubiera imaginado, porque nos dieron comida e incluso alojamiento en el interior de sus casas, nos prestaron tiendas de campaña , o nos dejaron dormir en camping. Ellos no sabían de dónde veníamos y desconocían el entrenamiento del que procedíamos. Simplemente confiaron en nosotros y nos ayudaron. ¡Fue increíble¡. 
Estoy feliz por descubrir que hay buenas personas en todas partes del mundo, y quiero contarlo para contrarrestar, aunque sea muy poquito, el bombardeo de las muchas noticias negativas que invaden nuestras vidas cada día.  Aquí pongo yo mi granito de arena.
Concepción Romero Moreno

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